A veces las cosas no salen como las planeamos pero eso no quiere decir que hayas sido vos quien no cumplió las expectativas que esperabas. Le ponemos tanto esfuerzo e ilusión a todo lo que hacemos que a veces es difícil no tomarlo como algo personal.
Aunque no me gusta usar la palabra fracaso porque creo que la única forma de fracasar es dejar de intentarlo entiendo como te sentis porque yo también lo sentí muchas veces.
Aunque nuestro negocio o emprendimiento es nuestro pequeño gran sueño, algo que la experiencia me enseñó es que es muy importante disociar de vos como persona. Esto no solo te va a ayudar a tomar decisiones de manera más liviana, sino que también hará que tu percepción propia como profesional no dependa solamente de un resultado.
Profundicemos un poco más en este tema. Tu valor como profesional no depende del resultado de una acción, proyecto o decisión tomada, ya que hay muchos factores externos que infieren en esa consecuencia. Aunque es cierto que muchas de las decisiones que nosotras tomamos guían el resultado hay muchas otras que no podes controlar que dependen del entorno y el contexto en el que te encuentres.
Una idea, proyecto o lanzamiento puede ser exitoso o negativo dependiendo de su contexto, no tenes que cambiar o juzgarte a vos, es importante que reajustes o analices los puntos que hicieron que los resultados no sean los esperados.
Por eso siempre les recuerdo a mis alumnas que es muy importante trabajar en diferenciarte a vos como persona y al proyecto, esto te va a ayudar a poder analizar las acciones de las que si sos responsable, las que podes modificar y las que se escapan por completo de tu control. Analizar un proyecto o lanzamiento desde un punto de vista de negocio y no solo juzgarlo desde los sentimientos te va a permitir encontrar esas fugas que hicieron que no se cumplan las expectativas para que puedas mejorar y aprender de la situación para no volver a repetirlo.
Quiero contarte una anécdota personal para que no te sientas sola en ese sentimiento.
Hace algunos años decidí crear un curso que (spoiler: no compro ni una sola persona). Yo simplemente lo cree y lo lance al mundo, sin estrategia, estructura y en verdad sin mucha experiencia en el mundo de los cursos online. Podrás imaginarte lo mal que me sentí cuando el curso que en verdad tenía muchísimo contenido de alto valor no fue comprado por absolutamente nadie. Por supuesto mi primera sensación fue que era mi culpa, que era un desastre como profesional y que por eso nadie me lo compraba. Estaba completamente equivocada, es verdad que hoy en día vuelvo a ver el curso y puedo ver todo su potencial, realmente tenía mucha información de alto valor pero realmente no funcionó porque había muchas fallas que en ese momento no pude ver porque mis sentimientos estaban destrozados.
Hoy viéndolo a la distancia puedo decirte que, yo no era una pésima profesional. El contenido que había creado para el curso realmente era de muy alto valor pero si solo hubiese abandonado todo porque no cumplio las expectativas que yo esperaba, nunca hubiese entendido que el problema no era mi valor como profesional sino que había puntos débiles en la forma en la que había planteado el curso que mis sentimientos no me dejaban ver.
Poder disociarme a mi como profesional del curso y su lanzamiento me hizo poder hacer un análisis más realista sobre lo que pasó y mejorar mis puntos débiles para que este resultado no se repita.
Si en ese momento yo hubiese cumplido las expectativas que tenía los resultados para mis alumnas no hubieran sido los mejores, porque la estructura de mi negocio no estaba del todo clara, no tenía las herramientas de soporte que el programa requería por lo que la experiencia para ellas no hubiese sido óptima. Aunque al principio me sentí mal y frustrada, un análisis más tranquila me hizo entender dónde estaban las fugas en mi proyecto, qué herramientas necesitaba incorporar para mejorar la calidad del servicio y más experiencia para manejar un volumen tan grande de alumnas.
Eso no significaba que por no vender ni un solo cupo yo había fracasado o mi proyecto era malo, simplemente el momento no era el correcto.
Con una mejor estrategia de lanzamiento, una reestructuración del curso y una base de soporte mejor diseñada el proyecto fue un éxito.
Aceptar que quizás la idea es buena pero no es el momento correcto te va a ayudar a que los cimientos del proyecto no sean los sentimientos. escucharte y analizar el contexto es una buena manera de acercarte un paso más al éxito que estás buscando.
De todo se aprende y cada experiencia es una nueva herramienta que sumas a tu caja de herramientas. No está mal sentirse decepcionada o desmotivada. Lo importante es aprender y seguir, la única forma de fracasar es dejar de intentarlo.
Es importante recordar que hay muchos factores que pueden alterar un resultado, desde una situación económica, alguna situación puntual que pueda hacer que la atencion de tu cliente ideal se disperse o simplemente factores sobre los que no podias tener control.
Recorda que por más que le pongamos todo nuestro amor a cada proyecto hay muchas cosas que pueden hacer que se cumplan o no las espectativas.
Lejos de desmotivarte aprovecha este momento para absorber toda la información que puedas, que por un ratito no veas los resultados desde los sentimientos y encontrar esos puntos a mejorar así como también las cosas buenas a repetir.
Lo que quiero que sepas con este artículo es que no estás sola, a mi me paso y seguramente me siga pasando muchas veces que algún proyecto “fracase” no dejes de hacer por miedo a que esto suceda. Animate a intentarlo y explora mil y una forma de hacer que tu sueño se transforme en el negocio de tus sueños. Recordá que solo se puede fracasar si dejas de intentarlo.
Hasta acá el artículo de hoy, espero que conocer otra de mis historias te haya ayudado a sentirte motivada a tomar acción. Mi intención con esta sección del blog es compartirte un poco más sobre mi experiencia y las cosas que me fueron pasando en todos estos años para que te animes a crear tus propios sueños.
Como siempre mi correo está disponible para que me escribas y me cuentes más sobre vos, me encantaría conocerte más.